miércoles, 22 de junio de 2011

Soy


Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos."

"No te tomes en serio nada que no te haga reir."

Eduardo Galeano









Soy el vil fantasma del recuerdo,
Ese que te mantiene con los labios enmudecidos, al querer decir no, cuando es si.
Soy la muerte, con su negra guadaña que ah de separarte de este
Mundo, con la rapidez con que pestañeas.
Puedo disfrazarme de “ángel”  mientras me destripo,
He inmolar las plumas y algunos pensaran que es el espíritu santo bajando desde los cielos.
Puedo contener en mi mirada la locura profunda que tienen los santos o iluminados.
Mi rostro puede representar la imagen del terror o el espanto,
Y mezclarme con el rocío de la noche mientras me baño,
Con el torrente amplio de mis venas. 
Puedo fundirme en la embriagues,
Con el contenido de un vaso cualquiera
Y girar en el asiento hablando en extrañas lenguas.
Soy el ente vacío, la marca negra en la mano,
El choque de espadas
Y el frío que recorre la espalda, antes que el hierro muerda en la última estocada.
                                      
Soy el llanto amargo, la noche descalza y sigilosa.
El veneno en la copa o en la punta de la daga ponzoñosa.
No maldigas, solo haz como yo y lleva la resignación en los ojos,
Pues el olvido es tan fuerte que se come hasta los recuerdos,
Es tan cruel que con su soplido nos desmorona como la torre de naipes que fuimos, somos o pudimos ser.
Llevando todo lo que nos pudre,
Lo que nos encadena a esta tierra.
A nuestras palabras oprimidas por la lengua y destrozadas por los dientes, antes de ser arrastradas por el viento.
Pues asfixia el respirar agitado, mientras arranca la lengua y nos consume en la aurora.
Soy la eyaculación de pensamientos,
Vaciados a una vagina estéril que nada puede procrear, más las palabras o la expresión de ellas, son los Reclamos dados al infinito vacío que se desborda por mis ojos.

Soy el prostíbulo de ideas que se comparten con un café y cigarros, mientras se crea un ambiente ambiguo, estilo des deux magots, donde todos miran de soslayo frunciendo una “O” perfecta al pronunciar lo que hablan.

Mientras yo giro el rostro, para no escuchar ese aire cargado de


Narcisismo que me revuelve el estomago.

Soy la sonrisa estúpida dibujada en los labios,

Mas parecida a una mueca cuando hablan de las “maravillas” de personas que conocen y yo desconozco.

Puedo ser el asco anudado a mis entrañas, cuando pronuncia nombres compuestos y me fuerzo a reír…

Cinismo abundante,

Solo somos tipos serviles,

Tratando de que en el intento no dañemos el ego de las personas que nos rodean,

Cuando me es mas simpático ver volar una mosca que anudarme a

Cuchicheos y comentarios de colegas o esos compañeros de

Colegio con los cuales jamás te llevaste bien,

Pero insisten que eran uña y mugre.

Soy el cinismo anudado al estrechon de manos y a la sonrisa.

Como también puedo ser, el encanto envuelto en bellas palabras,

Cuando lo único que deseo es que la caballerosidad que poseo,

No sea tomado por halagos forzados a los que me rodean.

Más todos siempre piensan que mi cortesía es para adentrarme en sus “círculos” y que la ventura de mis palabras son sacadas de los libros que leo.

Soy la ironía escondida en palabras que a nadie dañan.


Y las llaman bromas,

Por que en realidad lo son con un toque normal de humor,

Pues debemos tomarnos en serio pero jamás tan en serio, sirven al menos cuando bromeo de mi mismo,

Es para adoptar el papel de persona ese que nos corresponde a todos. Pero que todos olvidan como se representa.

Soy el que escucha a todos, pero no me dejo influenciar por sus puntos de vista y aunque así lo crean muchos, solo acepto lo que salga de esta

Interminable línea del ir y devenir, de pensamientos, que por cierto son míos.

Soy el eco de una mente dispersa que muchas veces trata de abarcar más de lo que puede hasta colapsar.

Soy yo cuando debo serlo, pero la mayor parte de las veces solo reflejo lo que los demás quieren ver.

Por que pocos se esfuerzan en conocer,

Solo se quedan con la imagen que les agrada,

Cuando siempre somos mas de lo que creen y menos de lo que esperamos.

 

 






Raíces

Tal vez debí dejar esas palabras estancadas,
En el papel que correspondía, donde el tiempo no las arruinara,  engulléndolas y despedazándolas.
Ahora solo son fragmentos mutilados, de un recordar vano,
Es como quien trata de ver la suerte de un hombre muerto o el brillo de la luna en el cielo tapiado de nubes.
Nada puedes encontrar ahí,
Por que quizá antes de eso, nada hubo que contuviera la estructura de esos sentimientos.
El sueño envuelve mis parpados y soy transportado más allá 

de los recuerdos, más allá de la mirada de los mortales.
Reinan en los pensamientos, las lenguas mordaces que aplacan lo que vivimos algún día, diciendo, para otros hay tiempo, para otros dicha y gloria.
Gloria, eso queda solo para los caídos, para los tragados por la negra tierra que envuelve los gritos.
Y son las raíces el manifiesto de todo lo perdido,
Que nos estrecha el alma y rasga la piel.
Tratando de crecer a pesar de nosotros, así se desplazan los pensamientos, adentrándose,

Siempre adentrándose en donde no les incumbe hurgar.
Somos las cáscaras de lo que un día quisimos,
Solo quedamos como el eco indestructible
De un grito entre las montañas.
Que nos recuerda que todo recordar es vano,
Cuando sentimos que las raíces nos arrebatan lo poco y nada que quisimos resguardar para que el tiempo no lo engullera,
Dejándonos carentes de todo lo que deseamos tener algunas ves. 

sábado, 11 de junio de 2011

Dulce Desconocida

Aquí el infierno acompaño mi transito
Desciendo y exploro aquellos fantasmas
Que cada tanto extirpo, pero presa de un extraño mal
Llegan a apresarme entre la vigilia de mis desvelos.
Oh malditos diablos, aparecen entre las noches
Donde el sudor exhalado de mi cuerpo me inunda
Incrustan sus uñas, sedientas de mi llanto,
Entre la retina de mis ojos
Y mi pecho.

No eh de caer,
De desarmarme y bajar los brazos.
La lucha no acaba hasta que el otro muera
Y si he de morir será a golpe de espada.
A estas alturas he recorrido una tierra marcada
Por malas decisiones y cargado con pesos mayores que el peso
De mis recuerdos.
Soy inquebrantable, por lo mismo alzo de nuevo la mano,
Poniéndola sobre la espada y entre el llanto que viaja por el torrente
Suelto toda la ira en un grito que paraliza los corazones.

Y extirpare de nuevo lo que daña,
Una vez tras otra
Curare toda herida.
Ansió el día, donde todos esos fantasmas se releguen de mis recuerdos
O será que presa de fatalidades han de venir por mí.
Oh dulce muerte
Exilio de los desamparados,
Es acaso que tú, en tu vanidad y esperando por mis pasos,
Tientas a la carne
Que rodea mis huesos y pongas ante mí,
Las decisiones destructivas de mis anhelos
Descanso, solo eso quiero
Me siento invadido e invalidado de actuar,

Solo necesito el eco de mis pensamientos
Y el crujir de mis pasos sobre la blanca nieve.
Soledad me atormentas,
Pero es el destino aciago que me sigue
Por eso o adorada y noble dulzura
Iré hacia sus cálidos brazos,
Me refugio entre sus manos como lo hago desde hace tanto.
Y si, quisiera refugiarme entre los brazos de una mujer
Pura como el halito divino del sol,
Pero la soledad es una amante despechada jugando sucio
Que jamás sabe perder.

Atorméntame y déjame refugiarme en tu silencio
Al lado de tu compañía perfecta,
Susurra a mi oído las frases que das al desahuciado amante
Cuando se da cuenta,
Que el corazón le fue extirpado.
Y la sangre fue derramada
En el piso,
Siendo parte de ritos paganos para enlazar el cuerpo
A una amante que tratas de arrojarla a los brazos del olvido.
Entiendo a Fausto,
Presa de visiones y funestos seres que contrariaban su paso por el ansiado camino.

Y si, parecido a él,
Mis pasos se enlazan a estrechos rincones
Callejuelas sin salida,
Y monstruos que presa de celos y arrebatos
Me alejan de la dama que sin saberlo
Tiene mi corazón entre sus manos,
Injurio el rostro de mi amante despechada, esperando que estos momentos
Sean los últimos donde vea tu silencioso rostro
Para que tus manos firmes estrechen mi cuerpo, dulce desconocida.