viernes, 22 de abril de 2011

"Le Cuisinier n'est pas un Travailleur est un Artiste"

"Le Cuisinier n'est pas un Travailleur est un Artiste"
"El Cocinero no es un Obrero, es un Artista"
Te e odiado muchas veces, eh renegado de ti y tus enseñanzas.
E sido un imbecil y muchas otras no tanto, pero mas allá de todo, eres eso, mi todo.
Recuerdo que la primera vez que perdí a alguien estaba cocinando, tenía una plancha caliente donde tiraba esos lomos, me avisaron del fallecimiento de mi primo y Marcela mi ex, me comento, pero yo solo cerré la puerta y seguí trabajando.
No llore, solo veía como giraba esos lomos, luego tome mis cosas y viaje.

Deje de lado tantos carretes, cumpleaños, celebraciones y tanto por mi espacio, por esos fogones siempre encendidos, me refugie en la loza fría, entre cocinas, freidoras, maquinas conservadoras y campanas.
Paso a ser mi reino y espacio, mi pequeño reino, siendo el amo y señor de mis creaciones, ahí donde mi mente es encerrada en un montaje con una bella elevación, donde el flujo de la salsa vale más, que los zapatos que arruinaste con aceite, mucho mas que el arreglo del pc o la cuenta impaga de la luz.
Ahí donde tengo mi mundo y hablo un idioma que pocos entenderían, pocos entienden lo que se deja por ser parte de tan basto imperio dominado por sartenes, sonidos y aromas.

Todos dulces y mágicos que nos transportan a la niñez, a los prados verdes en vacaciones o los deliciosos postres de invierno, en estufas a leña que nunca se apagan, que jadean bajo el peso de los recuerdos. Si tu has sido la mal amada, la injuriada por mis labios y aun así te sigo amando, te estrecho entre mi mente, eres en lo que pienso cuando despierto, cuando prueba un poco de tu estructura evoco a mi paladar, momentos, sensaciones y todas ellas son sublimes para mi. 

Después de haber perdido tanto, solo me quedo contigo.
Después de haber ganado tanto, tu eres la suma de todo lo que me rodea y aunque las compañeras reales me dejen, me refugio en tus paredes, me dejo inundar de tus momentos, de esas cervezas frías bebidas en la cocina, mientras 50 grados nos abrazaban y todos parecíamos salidos de concursos de camisas mojadas.
El cansancio del día aplacado por las palmas del chef diciendo que se trabajo bien.
Eso en los primeros días de conocerte, ahora estoy más viejo, mas curtido como se diría, pero sigo refugiándome en el monasterio de los sentidos, como un viejo profesor le llamaba.
 Ahora yo soy el profesor que enseña a amar a esta compañera amada y muchas veces vil, que es frustrante, mal agradecida y una mal amante. Se comporta así cuando la dejas mucho de lado, pero yo con ella brillo, sin ella no respiro y no soy más que un tipo con traje que perdido su espacio…
Soy un cuerpo sin estructura… Siempre quise mi cable a tierra pero ella es eso y más.
Sufrí decepciones, desengaños, términos, fallecimientos y ella me entrego cobijo…
Al final, tanto como te odie, hoy te amo, por que sin ella nada soy…
Soy su amante despechado pero siempre vuelvo a refugiarme en su espacio, en su estructura, en los azulejos que siempre me dan la bienvenida y esperan que cree lo impensable, que reproduzca lo inimaginable, que haga lo impensado.
 Por eso te recuerdo, por eso te hablo, como la amada que no escucha mas que mi traqueteo por su piso, mi mirada cuando sazono o cuando juego con sus implementos y me dejo guiar por el gusto, creando e inventando recetas que se llevan los aplausos de mis amigos.
 Es verdad que eh dejado mucho de lado por conocerte y adentrarme en este reino, pero nada es para siempre, salvo ese espacio que es reservado para mi. Salvo esa tabla, ese mesón y esa chaqueta que descansan por ahora para nuevamente darme la bienvenida a mi templo.
Ah ese bendito arte que es crear. 

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