domingo, 1 de abril de 2012

Circo Rural

Los colores de la tarde acarician el camino polvoriento
Marcha un viejo camión de ¾ por el,
Atiborrado, con un peso insufrible en su carcasa,
Resuenan los pernos y escoltado por viejos carros y camionetas
Que vieron pasar el sol por sus latones.
La noche se acerca montando un caballo azabache,
Las figuras se marcan en el horizonte y entrada la noche
Se ilumina lentamente el espacio ocupado por una desteñida carpa.

El sonido lejano de un generador interrumpe el dormido pueblo,
Carros alegóricos encienden la alameda y los niños salen a mirar
El trayecto de ciegos elefantes, malabaristas, zanquitas y ancianos leones que no tienen más fuerza en sus salvajes cuerpos.
La alegría del circo llama a los alejados de la ciudad y en tropel
Se venden las manzanas confitadas y las nubes rozadas de azúcar.

Un cóndor muestra la majestuosidad de sus alas
Y las luces se encienden,
Disfruten el espectáculo del viejo circo.
Payasos salen a la pista y hacen cabriolas,
Todos los días lo mismo, noche tras noche la misma función.
Serán realmente ellos o solo los espíritus que cobran vida bajo ese maquillaje.
Que más da, que más quieres pensar de la alegre función y esa música
Que se va opacando cuando sales del pueblo con las vallas extendidas por los verdes prados.
Que quieres oír mientras salimos a visitar otro pueblo,
La historia de los ancianos que rinden tributo a su público con un show jamás cambiado.
Cada cuanto pasas por el mismo pueblo…

Cuantas personas has visto partir desde que te haces cargo del negocio de la familia, que consume tu vida y la de tu prole.
Llega nuevamente, llega la alegría del circo.

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