domingo, 1 de abril de 2012

Quimera

Un espacio,
Un pequeño rincón de la habitación me pertenece,
Donde recuesto mis pensamientos,
Donde el agua fluye por las paredes y se transforma en cascadas amenazadoras que intentan destrozar las palabras que forman un puente,
Entre mis ideas y la luz de cometas extinguiéndose en el negro cielo.
Yo solo divago,
Acumulo frases que mueren asesinadas por las negras hormigas,
Despedazadas en el piso de la habitación.

La que contiene y mantiene irrefrenables palabras,
Siendo las mas fuertes las que abren las ventanas cruzando los puentes para suspenderse en el infinito.
Y dejarse ir,
Olvidarse del mundo donde seres impávidos transitan caminos que ya están abiertos.
 Solo siguen los resplandores de un falso oro,
Solo esperan el anhelo de un sueño que se esfuma en sus manos.

Todos los tesoros,
No pueden con un alma libre,
La cual ah saboreado la leche que brota preciosa desde los manantiales silenciosos de las ancianas estrellas.
Ellas que con el peso de la oscuridad encienden llamas salvajes,
Fuegos intensos y se embriagan con la pasión de las artes.
Pueden y son las divinas inspiraciones,
Quimeras que atan los pensamientos en puentes que vienen y van.

Resumo y resto las palabras.
Cuento con los dedos las letras que se han autoexiliado del papel,
Que han ascendido como ángeles viles, con alas de nicotina y alcohol.
Manchando el espacio de las almas puras,
Más siempre desea, el pulcro en sus pensamientos mancharse con el barro de la desesperación, beber gota a gota el espíritu que contiene una botella hasta estar vacía.
Y reír con los vicios de soporte,
Para que la voluntad se anide a la razón.

Y empujar la vida que les rodea,
Avanzando no deteniéndose en cada esquina,
Preguntando si han visto el huracán salvaje de pensamientos,
Que cortan los puentes por el peso de las palabras desnudas que van carcomiendo poco a poco las cuerdas que formaron,
Para sostener un pedazo de la experiencia viva,
Salida de la matriz de los que se dejan corromper por la agonía de este mundo,
Incrustándose en la piel.
Aquí como salidos del averno los demonios que danzan fatídicamente en rededor del cuerpo
Y la mente que no soporta la realidad que le rodea,
Queriendo escapar para formar un reino perfecto mas allá de las estrellas.
Realmente una quimera que se deshoja y muere aún antes de nacer.



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