jueves, 14 de abril de 2011

Fosa



Los cadáveres se amontonan afuera,
El vaho que exhalo huele a oxido,
Siento el temor que me carcome y me arrastra a ocultarme bajo la cobija tibia.
Las noches rugen en manos del viento
Ya nada contiene las palabras entregadas a la tarde,
La comida tibia al llegar al hogar, solo sabe a aire.
Nada tiene el peso de las manos y ni una mirada soporta mi lento paso por el mundo.

Debo hacer una fosa, cavar profundo
Para enterrar los sueños que pensé míos.
Haciendo desaparecer lo que creí que me pertenecía, mas allá de las despedidas que son el único consuelo de estas noches sin sentido.
 De estas tardes insípidas,
De estos recuerdos que me atormentan como los malditos fantasmas que son.
Por ahora cierro mis parpados y descanso con la nada de soporte,
Me hundo en mis sueños y reptando por el suelo entro a la cama
Recuesto mi cuerpo que en llamas se evapora.

Trémula, la luz se opaca y se extingue, solo va quedando la oscuridad que reina mis pensamientos.
Me llama, me busca y yo como un ciego me oculto entre las sombras
Con las manos ensangrentadas, luego de matar las esperanzas de una compañía que no deseo.
La voz queriendo escapar de la cáscara, se agolpa entre los dientes, se quiebra y en ves de sonidos solo se musitan alaridos.
Gemidos extraños y guturales…

Las luchas de voluntades son las peores,
Muchos ceden espacio y hacen que los deseos ganen terreno.
Yo la coarto, pero entra el miedo
Ese pánico real, que se siente en la boca del estomago y mas allá del cuerpo que vigila todo lo que vemos.
Te aprisiona con grilletes invisibles y te sujeta fuertemente a la cama
Para que te escondas bajo cobijas o actitudes que solo son la sombra de lo que eres.

Para escapar de lo que daña,
Para que todos vean que las venas se abren en pos de los gritos de la memoria,
Que nada perdura como lo que es,
Que todo toma sustancias y complementos diferentes.
Que somos tan reales como las rocas y guijarros del camino
Y nos arropamos con perezas y maneras que no son las nuestras.
No para engañar, no para mentir de nosotros.

La gente es frágil, son pequeñas formas de cristal
Forman carácter con el paso de los años y usan máscaras.
Oh si pequeño mío todos las usamos, todos falseamos nuestra personalidad por temor al daño que producen:
roces, palabras, malos entendidos.
Luego todo deja de importar y de dañar.
El cristal se vuelve roca y las capas que usaste para proteger pasan a formar parte de la cáscara dura.
Mucho hemos de cavar, profundo en nosotros para rescatar nuestras almas,
Mucho hemos de trabajar para sacar los cadáveres y revivirlos bajo el sol del atardecer. 
 

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