La noche trajo a mí Tragos amargos como la hiel,
Era necesario sumergir el rostro en los recuerdos,
Era necesario vaciar los bolsillos
Y dejar de lado todo lo que había en ellos.
Falsedades, inconstancias y palabras rotas.
Es por eso que me vi ahogado en llamas salvajes
Mientras las cuencas de mis ojos arrojaban olvido,
Me deshago de culpas y lastres que ya no valen.
Doy la bienvenida en cambio
Ah nuevos recuerdos.
Siempre pensé que el dolor y el tormento eran lo único real,
Existente para mí mirada,
Pues mientras más me equivocaba,
mas hundía mis pasos en el dolor,
La angustia, preso siempre de las larvas de los recuerdos,
Esclavo de las palabras y las dependidas.
Pensando que el vaso de licor,
podía contener mi mirada vacía como mis actos.
Claro queda, que no todos ellos eran así,
Pero el esfuerzo de jamás llorar o sufrir por lo que pasara
Excedió todo en mí,
Por eso dejo de lado poco a poco lo que me carcome
Esperando que los ancestros me guíen por el sendero que eh de recorrer.
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