domingo, 1 de abril de 2012

Canto I

A heno huelen los campos 
El rocío baña la hierba que es el cabello de los montes, 
Mas allá de la luna y los sonetos perdidos a los Dioses Se elevan cantos de victoria, 
Mientras centenares de remos revuelven la luna con las aguas. 
El grito del altísimo Padre,
 rasga el silencio, 
Odínnnnnnnnnnn Mientras una horda de fieros guerreros cantan con antorchas encendidas,
 las canciones que repitieron los padres y los padres de sus padres. 
Así por generaciones desgarraron los corazones de sus enemigos. 
Pum, pum, el golpe de los tambores hace crepitar la tierra 
Y los enemigos temerosos se cobijan entre los árboles, 
Inmutables, 
Saltan de los drakares con los cuerpos cubiertos de pieles, 
Y las espadas centellantes
 Muerden el frío y la nieve.  
Los enemigos reciben con flechas a los invasores 
Y en formación, 
Se cobijan bajo los escudos… 
Odín, Odín, Odín, Odín, Odín. 
Gritan los guerreros bajo los escudos

Mientras por los flancos avanzan, 
Cobijados por la oscuridad 
Y sin miedo a las flechas, 
hombres con cuerpos de lobo y osos 
Vociferando y echando espuma por la boca, 

Gritan y ese grito rasga los corazones, 
Algunos caen, 
 vuelven a levantar las fauces y garras 
El delirio de la batalla, 
La sangre les excita los miembros, 
Muerden con hachas y espadas 
Los cuerpos que destrozan sin apuro 
Mientras los escudos bajan y en carga  directa 
Avanzan los hijos del norte, 
Con paso firme destrozando a los enemigos 
Con solo la voluntad y en la oscuridad consumen hasta el alma de los hombres.

"RIDEAU DE LA NUIT"


Respiro, los dedos crispados
Rompo la silenciosa cortina de la noche con un alarido.
Si, supongo que todo eso es un tanto estúpido,
Romper el silencio, solo por que se me antoja
Y tragar la bilis amarga para no manchar las limpias sabanas de algodón.
Más ha quien le importa
Todo lo que acontece en los inescrutables senderos,
Que van desde las estrellas hasta mis huesos.
Esos caminos que pasan por la piel encerrada en las cobijas,

Resguardándonos de la escarcha que nos muerde las carnes destrozando la pasividad de nuestros sueños.
Más en el insomnio que me gobierna,
Miro las estrellas
O a veces tan solo las nubes que viajan a rumbos nuevos,
Quizá viejos para la mirada conformista,
Pero siempre todo rumbo conocido es nuevo,
Por que cambia el punto de vista desde donde miramos.
Hurgo entre viejos libros, en búsqueda de nuevas palabras que me asombren, que me conquisten

Y mis ojos muestren el brillo que derrochan los enamorados.
Así con esa cara de idiota, anudarme a páginas que me den sustento, para luego exhausto poder descansar.
Y mientras sigo con los ojos desorbitados pasa una polilla,
Nada de especial tiene ella y la contemplo en su vuelo errático por la sala, choca una y otra ves contra la ampolleta,
Sin miedo a quemarse.
En ese momento,
Me encuentro invadido de ideas,
Es ahí cuando caigo presa de pensamientos fugaces o

Que anido y luego estructuro.
Me paseo como alma en pena por los pasillos del hogar,
Con la idea fija,
Las manos crispadas
Y hablo en el silencio que devora mis palabras,
Con un lápiz en la mano, garabateo.
Pero las ideas se dispersan,
Me fuerzo a caminar mientras hablo
Y vuelvo a la silla como un demente,
Escribo, tarjo, doy borrones y mantengo la idea.

Sutil, como lo que observe llegando a abstraerme
Entonces pienso, somos como las polillas
Vamos por las luces, aún a sabiendas que podemos fallecer en el intento.
Solo para saber que podemos volar,
Encumbrarnos a la distancia,
Realizando proezas inimaginables.
Pero es lamentable admitir que siempre lo que brilla es lo mas peligroso y otras tantas se trata de un falso oro,
Pero mantenemos la idea, fija, viva e imaginamos como será hacerse

Con ese tesoro.
Al final pasamos tanto tiempo soñando,
Que cuando lo tenemos nos damos cuenta que vimos todo lo perfecto,
Pero no las imperfecciones que esto tenía.
Que amamos la idealización de las cosas,
No la estructura tal cual.
Y vamos adornando todo para que tenga ese tinte que nos encanta.
Pero a la hora de la verdad lo rechazamos aún a sabiendas de que nos auto cegamos.
Somos polillas volando erráticamente,

Aunque todos aseguran que saben, qué es, lo que quieren
Nadie sabe si tendrá lo que deseaba.
Eh visto mucha gente decir,
Llegue aquí pero me perdí en el trascurso.
Otros tantos decir,
Tú debes hacer X cosa,
Pero al final ni ellos mismos saben lo que hacen.
Yo no quiero volar erráticamente,
Si quiero ver esa luz sobre mi cabeza,
Quiero ser realista y afrontar que tendrá sin sabores, alegrías,

Abandonos.
No, solo ir sin saber motivo de por que lo hago,
No, agrandarlo más de lo que corresponde,
Ni, adornarlo más de lo que es.
Si bien puedo decir como el primer sujeto,
Perdí mi norte,
Aún poseo el desasosiego que me da el insomnio
Y uno que otro vaso de cerveza para escribir un poco más.
Aunque los dedos se me crispen,
Vomite mis entrañas

O eyacule por los ojos.
Quiero seguir adelante y ver todo sin esas mascaras que todos ocupan para brillar mas y me pregunto en el insomnio,
¿Para que lo hacen?
Si siendo ellos son perfectos,
Aún mas maravilloso de lo que quieren aparentar. 




XXXIII

Atesoro interrogantes que solo yo quisiera responder,
Compongo palabras sueltas, que permanecen ante el soplido de mis pensamientos. 
Ramilletes de espectros vagan por las plazas de mis manos,
reuniéndose todas juntas en los fondeaderos de los espacios que dejo en la memoria. 
Pelotas de trapo se pudren sobre los tejados,
Mientras trato a los recuerdos de mi infancia,
Como los viejos compañeros que son.
Siendo sustentados solo por el ir y venir de los columpios rotos, 
sólo ellos esperan que recordemos las tardes de juegos montados en sus grupas,
Sacrificando los tediosos días donde acumulamos el trabajo en los escritorios.

Pupitres plagados de palabras garabateadas en sus pieles,
Eso marca el paso de los que vienen y van,
Aturdidos por las palabras dichas en mañanas partidas por el frío.
Yo creo perder mis horas,
Repasando los sucesos de mi jornada,
Mientras exhorto de mis labios los secretos del viento con los árboles,
Gatillo lo que la mente resguarda de todo lo ajeno a mi rededor. 
Y se ofusca si presiono con real antojo la fibra que aun sangra, herida por los años,
Siendo mi silencio la isla añorada por todos los que con gusto nos alejamos de esto llamdo sociedad.
De ella cosecho los frutos de los recuerdos,

Escucho como dicen que todo tiempo pasado fue peor,
Salvo, por la inocencia de la niñez
Que nos ha sido arrebatada,
Mientras camino veo los montículos que se forman por fosas comunes de palabras olvidadas.
Que más puedo olvidar,
Que más queda dejar para ayudar a que la soledad nos consuma y se olviden de nosotros por completo,
Para saciarnos con el hastío nuestro de cada día. 
Que podemos dejar sobre los banquillos de la plaza,
Para que un desconocido aprenda a que existe mas vida y no se enlace a nosotros como la cadenilla de islotes, 

cuando llegamos a cortar los eslabones que nos unen a los seres queridos o amados, 
que se transforman en el apoyo incierto,
Entre las noches de sopor.
Y aquí me encuentro aislado de todo ser,
Por el gusto de tocar la fibra que sangra cuando la presionamos de buena gana,
Pues siempre tendremos algo no superado en nuestro ir y venir. 
Entre el cielo e infierno que nos devora.



XXVI

Deberás recordármelo más tarde,
Deberás decirme tarde que el tiempo no transcurre
Más nosotros nos desplazamos despedazándonos
Entre el aullar del tiempo y los recuerdos
Que nos recuerdan, que el recordar es vano
Si nada contiene lo que pensamos o esperamos
Que pudiera darnos vida,
Darnos agua,
Darnos sed y hambre.
A nuestros labios desnudos

Muertos por nuestro paso por el tiempo.
Mas el tiempo, solo es una cifra inexistente
Que se distorsiona como las palabras que rebotan en las paredes
De la imaginación.
Y la imaginación es el ruido sordo de la caída de nuestras lágrimas
Al piso desnudo, como tus pies tocando las arenas,
Que son borradas por el mar.
El mar que es al final mal,
Pues borra los pasos flojos que damos,
Mientras el cielo nos mira con total desgano.
Las estrellas nos guían por la vejes de las palabras que mueren

Y sus cuerpos y estructuras son llevados por las aguas,
Sacados de la arena y envueltas van en sed
Pues la sed se deshidrata y la sal es un veneno para el cuerpo,
Cuando tragamos un poco de estas aguas,
Que nacen de los ojos y mueren en la tierra seca.
Todo se convierte en barro y mis pies son envueltos en el
Carcomiendo mis pasos,
Mientras dulcemente miras al horizonte buscando las estrellas
Que tienen desgano, mientras yo tengo hambre y sed de recuerdos.
 Eh abandonado esperanzas para seguir adelante,

Y el tiempo me recuerda que solo avanzo
Por la sed y hambre de encontrar algo que la sacie.
Que extinga de mí ese anhelo más allá de los recuerdos
Siendo llevado por las aguas del mar,
Para que un día envenenara mi cuerpo
Dándome muerte en el barro de pensamientos,
Cuando miraba el cielo, sin sed, ni hambre por nada.
El mar esconde los difuntos recuerdos y todos se van al fondo
Desde ahí alimentan a los peces que naufragan bajo las aguas envenenadas
Que un día me atreví a beber,

Para olvidar la sed,
Para olvidar el hambre y increpar al tiempo.
Escupiendo a las paredes, donde encontré un trozo de agua,
Sostenida en un vaso,
Todo termina dice el silencio,
Que se anudan a la pared
Cuando las olas revientan en su estructura que a su vez contiene un vaso apoyado en su superficie.
Te veo paseando por las arenas del tiempo,
A través del trozo de agua que sostiene el muro de los lamentos.
Veo cuando caminas

Con un trozo de vidrio del vaso, rasgando el agua con tus cabellos.
Y el hambre que sentía es capeada por la pared que devoro
Para sentirme cerca de tus pasos, que sin importancia
Se pierden en la arena, pero al fin lo diviso
Antes que el veneno corra por mis venas.
Te veo entre la bruma,
Con los cabellos mojados por la lluvia y camino por trozos de vidrio que contenían las aguas del vaso.
Las aguas fluyeron por la tierra, convirtiéndola en barro
Cuando tus ojos se posaron en los cielos
El cielo no vio figura más bella y comenzó a llorar,

El llanto mojo tus cabellos y sigo tras la sed
Que inunda mi garganta cuando trato de hablarte,
Cuando trato de decir que el pan es el medio para saciar mi hambre,
Pero tus palabras sacian mis recuerdos.
Cuando puedo decir que un trozo de agua puede saciar mi sed,
Pero tus labios aplacarían el infierno de mi garganta
Que se transforman en campos incendiados por tus ojos.
Podría decir yo, que el mar puede borrar tus pisadas pero no el reflejo de tu rostro en las estaciones marcadas por un hasta pronto.

Y el silencio no es más que un pétalo en tus cabellos,
Que ilusionan al tiempo, dejando las arenas mudas
Con tu lento transito en torno de mis ojos.
Condenados ellos por la luz de tu rostro,
Que aplaca toda oscuridad del cielo y soberbia de las nubes
Cuando esconden los astros, para que no divise tus pasos
Marcados en la arena.


Jour des Morts

Deambulo en estas noches harapientas    
Con una sonrisa extinguiéndose en mis labios,    
Como pozos mis ojos carcomen la noche    
Devoran el espacio donde se diviso una sombra,
con un nombre escrito, el cual no recuerdo.    
Abro mis fauces y trago,
hasta el silencio que clama    
Por las sonrisas apagadas que yacieron suicidándose en la nada.          
Los gritos se desploman en las veredas húmedas tras la lluvia    
Y cientos de hojas se arrastran como gusanos salvajes    

Por las estancias vacías del recuerdo.    
Nada poseo,
solo la lenta marca que me sigue desde mi nacimiento,    
Desde que la gente hablaba con vos fría y pausada    
Acerca de mí.    
De mí partida o llegada.    
De cuando en ves,
suelo dirigir las almas congeladas por este mundo cobarde.    
Por este mundo ruin y cruel,    
Que rompe los sueños, como en las mañanas frías se suele romper la escarcha.          

Todos han de llegar aquí, mas el tiempo es solo un suspiro    
Donde creen anudar sueños y virtudes    
Esa irrealidad es la tierna despedida de este mundo que se descascara,    
Poco a poco.    
Todos han de dar el último y preciado suspiro    
Y arrojarse a los brazos de la eternidad,
podré llevarlos cogidos del brazo.    
Mas no comentar mis negros sueños,
donde el mundo arde    
Donde el mundo se pierde y no es más que una quimera.          

Más con angustia y dolor miro a sus ojos encantado con el peso de una existencia que se desborda en vida.    
Ese que se ve pasando la valla de los sueños,    
Donde reposan sobre el pensamiento,
siendo este, el cielo.    
Descanso de heroica batalla lidiado en un leve suspiro.


Quimera

Un espacio,
Un pequeño rincón de la habitación me pertenece,
Donde recuesto mis pensamientos,
Donde el agua fluye por las paredes y se transforma en cascadas amenazadoras que intentan destrozar las palabras que forman un puente,
Entre mis ideas y la luz de cometas extinguiéndose en el negro cielo.
Yo solo divago,
Acumulo frases que mueren asesinadas por las negras hormigas,
Despedazadas en el piso de la habitación.

La que contiene y mantiene irrefrenables palabras,
Siendo las mas fuertes las que abren las ventanas cruzando los puentes para suspenderse en el infinito.
Y dejarse ir,
Olvidarse del mundo donde seres impávidos transitan caminos que ya están abiertos.
 Solo siguen los resplandores de un falso oro,
Solo esperan el anhelo de un sueño que se esfuma en sus manos.

Todos los tesoros,
No pueden con un alma libre,
La cual ah saboreado la leche que brota preciosa desde los manantiales silenciosos de las ancianas estrellas.
Ellas que con el peso de la oscuridad encienden llamas salvajes,
Fuegos intensos y se embriagan con la pasión de las artes.
Pueden y son las divinas inspiraciones,
Quimeras que atan los pensamientos en puentes que vienen y van.

Resumo y resto las palabras.
Cuento con los dedos las letras que se han autoexiliado del papel,
Que han ascendido como ángeles viles, con alas de nicotina y alcohol.
Manchando el espacio de las almas puras,
Más siempre desea, el pulcro en sus pensamientos mancharse con el barro de la desesperación, beber gota a gota el espíritu que contiene una botella hasta estar vacía.
Y reír con los vicios de soporte,
Para que la voluntad se anide a la razón.

Y empujar la vida que les rodea,
Avanzando no deteniéndose en cada esquina,
Preguntando si han visto el huracán salvaje de pensamientos,
Que cortan los puentes por el peso de las palabras desnudas que van carcomiendo poco a poco las cuerdas que formaron,
Para sostener un pedazo de la experiencia viva,
Salida de la matriz de los que se dejan corromper por la agonía de este mundo,
Incrustándose en la piel.
Aquí como salidos del averno los demonios que danzan fatídicamente en rededor del cuerpo
Y la mente que no soporta la realidad que le rodea,
Queriendo escapar para formar un reino perfecto mas allá de las estrellas.
Realmente una quimera que se deshoja y muere aún antes de nacer.



Circo Rural

Los colores de la tarde acarician el camino polvoriento
Marcha un viejo camión de ¾ por el,
Atiborrado, con un peso insufrible en su carcasa,
Resuenan los pernos y escoltado por viejos carros y camionetas
Que vieron pasar el sol por sus latones.
La noche se acerca montando un caballo azabache,
Las figuras se marcan en el horizonte y entrada la noche
Se ilumina lentamente el espacio ocupado por una desteñida carpa.

El sonido lejano de un generador interrumpe el dormido pueblo,
Carros alegóricos encienden la alameda y los niños salen a mirar
El trayecto de ciegos elefantes, malabaristas, zanquitas y ancianos leones que no tienen más fuerza en sus salvajes cuerpos.
La alegría del circo llama a los alejados de la ciudad y en tropel
Se venden las manzanas confitadas y las nubes rozadas de azúcar.

Un cóndor muestra la majestuosidad de sus alas
Y las luces se encienden,
Disfruten el espectáculo del viejo circo.
Payasos salen a la pista y hacen cabriolas,
Todos los días lo mismo, noche tras noche la misma función.
Serán realmente ellos o solo los espíritus que cobran vida bajo ese maquillaje.
Que más da, que más quieres pensar de la alegre función y esa música
Que se va opacando cuando sales del pueblo con las vallas extendidas por los verdes prados.
Que quieres oír mientras salimos a visitar otro pueblo,
La historia de los ancianos que rinden tributo a su público con un show jamás cambiado.
Cada cuanto pasas por el mismo pueblo…

Cuantas personas has visto partir desde que te haces cargo del negocio de la familia, que consume tu vida y la de tu prole.
Llega nuevamente, llega la alegría del circo.

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